MAYAGUACA
“¿Te imaginas un cielo lleno de coloridas guacamayas?…” Así decía el viejo Mañe, religioso jugador de dominó de viernes a domingo, cuando acababa con cuatro canastas de frías en la barriga y pasaba por la Calle 72, viendo las aves pasearse de árbol en árbol con su peculiar sonido armonioso. Cuando no estaba en una mesa de dominó, Mañe trabajaba en la cervecería de su patio, donde intentaba enfrascar todas esas visiones y sonidos dentro de una botella, con la ayuda de un peculiar asistente que cada mes volaba kilómetros hasta su patio, probaba la cerveza y ambos debatían sobre posibles mejoras. ¿Será que Don Mañe y su asistente, Mayaguaca, lograron su objetivo?…